Muchos de nosotros venimos de una época en la que la regla era tener un sistema operativo por ordenador. Después de todo, ¿para qué querer más? El combo DOS + Windows 3.11
hacía un excelente trabajo, algo que se fue repitiendo en la mayoría de
las versiones posteriores de de Windows. Sin embargo, los tiempos han
cambiado, y lo han hecho para bien. Hoy en día, se puede pensar en una
infinidad de razones para contar con un sistema operativo adicional. Tal
vez sea necesario ejecutar un software específico, o simplemente se lo
quiera tener como un vector adicional de aprendizaje, entre otros
ejemplos. Las instalaciones duales aportaron su grano de arena, pero la verdadera era dorada de los sistemas operativos múltiples llegó con la virtualización. Desde entonces, se ha vuelto viable para casi cualquier usuario el contar con un entorno virtualizado.
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Una de las virtudes de la virtualización: Consolidar servidores. Mayor funcionalidad, flexibilidad, y reducción de costos.
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El concepto ciertamente no es nuevo, y comparte alguno que
otro concepto con la emulación, pero no son lo que se dice iguales. Un
simple ejemplo sería un emulador de Commodore 64. El software trata de emular tanto software como hardware, mientras que la virtualización
crea un entorno en el cual puede operar un sistema operativo,
recurriendo a varios aspectos del hardware instalado en el ordenador o
servidor. Probablemente la mayor ventaja de la virtualización llega con
la consolidación de servidores. En vez de tener varios pequeños
servidores funcionando, se utiliza solo uno de mayores capacidades,
operando varios entornos virtualizados en su interior, algo que reduce
tanto costos de mantenimiento como consumo de energía. Hablando
recientemente con Federico, uno de nuestros editores, llegamos al
ejemplo de operar un ordenador con Windows instalado, y un entorno virtualizado con Trixbox en su interior (para más detalles, consulta su excelente guía de instalación).
En casos normales, esto demandaría dos ordenadores, pero gracias a la
virtualización se pueden hacer ambas cosas con sólo uno. Otros ejemplos
que me nombró Federico fueron aplicar cambios en Ubuntu Server para "ver cómo quedan",
evitando que la instalación nativa termine en la órbita de Neptuno, y
contar con diferentes versiones de Internet Explorer para vigilar cómo
aparece el sitio en ellos. En cuanto al virtualizador en sí, existen
sólidas opciones comerciales como VMWare, pero VirtualBox ha recorrido un largo camino, y se ve mejor que nunca.
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La ventana principal de VirtualBox
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Originalmente, VirtualBox fue desarrollado
por la gente de innotek GmbH, luego adquirida por Sun Microsystems, y
ahora bajo la esfera de influencia de Oracle, tras haber comprado a Sun. Por un momento nos habíamos preocupado sobre el destino de VirtualBox
como solución gratuita y abierta con la llegada de Oracle. Algunos
productos ya se han visto afectados, como por ejemplo OpenSolaris, pero
en el caso de VirtualBox sus actualizaciones siguen siendo muy
frecuentes, lo que revela un alto compromiso en su desarrollo. Existen
dos versiones, una freeware y cerrada, y otra open source. Las
diferencias más importantes están en el soporte para puertos USB y la
tecnología de escritorio remoto en la versión cerrada, mientras que la
de código abierto posee soporte para Virtual Network Computing. Fuera de estos detalles, ambas versiones funcionan de maravilla, y hay builds para Windows, OS X, Linux y Solaris.
A pesar de su aparente complejidad, en realidad utilizar a VirtualBox es algo muy sencillo. Una vez que está instalado, debes proceder a crear una máquina virtual
(el entorno propiamente dicho), comenzando por escoger al sistema
operativo. Posee opciones para sistemas operativos específicos, pero
también hay varias entradas genéricas que pueden ser útiles para
sistemas que no aparecen en la lista. También se pueden encontrar una
entrada con soporte para OS X. Dicho soporte todavía está en etapa
experimental y sólo se puede realizar en la versión de VirtualBox bajo
OS X, de lo contrario se quebraría el contrato-licencia de Apple. En
esta oportunidad hemos descargado una copia del Ubuntu Server, en su edición de 64 bits.
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Si el sistema no está en la lista, prueba a usar algunas de las opciones genéricas. La probabilidad de que funcione es muy alta.
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Los dos pasos siguientes nos muestran qué cantidad de memoria RAM será asignada al entorno virtual, y el tamaño de su disco. VirtualBox
posee varios parámetros preestablecidos para algunos sistemas
operativos, pero el factor limitante en ambos casos es el hardware
instalado en el ordenador. Todo sistema que vaya a contar con varias
virtualizaciones debe tener, por sobre todas las cosas, una buena
cantidad de memoria RAM disponible. En lo que se refiere al disco duro,
VirtualBox sugirió una unidad de ocho gigabytes para nuestro entorno en
Ubuntu Server. De acuerdo a tus necesidades, y el espacio libre
disponible, puedes ajustar este valor. Si el espacio es realmente un
inconveniente, existe la posibilidad de crear discos dinámicos, o sea,
discos que aumentan de tamaño según se vayan cargando datos en el
entorno. Es una solución viable, pero hace que los entornos trabajen de
forma un poco más lenta, por lo tanto, recomendamos crear un disco duro
con un tamaño fijo.
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Escoge la cantidad de RAM...
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... luego crea un disco...
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... y especifica su tipo.
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Al final será posible observar un pequeño resumen con los
valores más importantes de la máquina virtual, pero también será
necesario aplicar una configuración un poco más fina. Esto se logra
pulsando el botón Configuración en la ventana principal de VirtualBox, para acceder a los parámetros avanzados del entorno virtual.
¿Qué se puede modificar aquí? Varias cosas, desde las unidades de
arranque hasta la configuración de red, pasando por la aceleración de
vídeo y los puertos USB. Pero lo más importante, aquí es en donde le
dices a VirtualBox dónde está el sistema operativo que deseas
instalar. Una corta parada en la sección de Almacenamiento mostrará que
bajo la opción de Controladora IDE, no hay ningún item. Haz clic aquí e
indica la ruta de la imagen ISO, o la unidad óptica, que contiene a los
archivos de instalación del sistema operativo. Rápidamente te darás
cuenta que es mucho mejor trabajar con imágenes ISO.
Los procesos de instalación son más rápidos, ya que se trabaja
directamente desde el disco duro. Para finalizar en este punto, está la
aceleración de vídeo. Todavía es una opción en desarrollo dentro de
VirtualBox, pero son cada vez más las funciones de aceleración 2D y 3D
disponibles en un entorno virtual. Asigna un valor razonable de memoria
de vídeo (32 o 64 MB está bien), y habilita tanto la aceleración 2D como
la 3D. La aceleración 2D sólo está disponible para sistemas Windows, y
necesitarás un kernel lo suficientemente nuevo en tu distro de Linux
para acceder a la aceleración 3D. La versión mínima del kernel es la
2.6.27.
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El resumen con los parámetros del entorno virtual recién creado
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En la sección de configuración deberás ajustar algunos valores, como habilitar la aceleración 3D, de ser posible
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Nota la imagen ISO de Ubuntu Server bajo la Controladora IDE
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Para finalizar, no queda más que pulsar el botón Iniciar, y
proceder a la instalación del sistema operativo. Obviamente, este
proceso depende de cada sistema operativo. Algunos se instalan en tiempo
récord, mientras que otros tardan un poco más. El último detalle a
tener en cuenta, una vez instalado el sistema operativo, es el agregado
del Guest Additions, que básicamente son controladores de vídeo, sonido,
red y ratón, entre otros. Para sistemas Windows, el Guest Additions no
es más que un instalador automático, pero en algunas distros de Linux,
instalarlo correctamente demanda cierto esfuerzo y un buen paseo por la
consola de sistema.
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El entorno virtual fue activado, a la espera de iniciar la instalación de Ubuntu Server
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En algunos casos, instalar el Guest Additions demanda muchos parámetros de consola. Busca información en la Web al respecto.
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Es cada vez mayor la documentación relacionada con VirtualBox.
Algunos sistemas operativos pueden instalarse sin mayores
inconvenientes, pero algunos desarrolladores han publicado parámetros
específicos para el entorno virtual, que asistirán al proceso de
instalación evitando errores. Esto marca tanto la popularidad como la
utilidad de la virtualización. Aún si lo único que
quieres hacer es probar una distro de Linux, VirtualBox tiene un valor
sobresaliente. Recomendado para cualquier usuario.
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